Desperté a una tierra fértil,
con higueras y almendros.
Con caminos de piedras esquinadas,
REdondeadas
TRasquiladas
ROtas
OScuras.
Abrí los ojos
y vi el fuego en mi pelvis,
huesuda y carnosa,
danzando desnuda sobre cuerpos
de viajantes exóticos,
de países misteriosos.
y vi a mi madre, a mi abuela
y a todas las mujeres de mi CLAN,
cantando y riendo,
bajo un olivo
en una noche de luna llena.
y desperté,
al licor embriagado de su cuerpo,
borracha y sin alma,
vagué desconsolada
por su torso desnudo,
ESNIFANDO
hasta el último poro
de su piel.
y desperté en la orilla del mar;
esperé el momento justo
para lanzarme
contra una ola descomunal,
la atravesé,
y por un segundo, volví la mirada;
todo parecía igual,
nada había pasado
nada había cambiado.
Seguí nadando y de mi cuerpo
se desprendió otro cuerpo,
oscuro e inerte.
Lo vi hundirse y no me importó.
Abrí los ojos, y te vi.
Ahí parada,
enfrente de mí.