Poemas a los animales que observé en mi niñez y que hoy, al cerrar mis ojos, siguen vivos, gráciles en sus movimientos, oscuros en su quietud. Tierna yo, oscura yo. Niña maleante, floja y echá pa’ lante, constante e inconstante.
Con ellos descubrí la muerte, mi amor, mi curiosidad.
Y como dice Juan Luis Guerra «Quisiera ser un pez…»
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